LA PELOTA SÍ SE MANCHA

“La pelota no se mancha”, dijo D10S. La pelota sí se mancha, refuta este libro, con cierta provocación, con cierta osadía. Se mancha porque se implica, se compromete, toma partido. Disculpa, Diego Armando, pero la pelota está hoy embarrada, como los que aquí escriben, que lanzan un grito de ánimo a través de historias del fútbol mundial. Vicente del Bosque, Luis de la Fuente, Manu Carreño, Mónica Marchante, Paco González, Vero Boquete, Josep Pedrerol, Vicente Moreno, Helena Condis, Carlos Soler, José Luis Sastre, José de Cabo, Alfredo Relaño, Galder Reguera, Rubén Baraja, Andrea Peláez, Toni Padilla, Martí Perarnau, Toño Mateu Lahoz, Aitor Lagunas, Mayca Jiménez, Juan Ignacio Gallardo, Hernán Casciari, Francisco Brines, Enrique Ballester, Guillem Balagué…
Un balón siempre quiebra la realidad y, tras una catástrofe y la imposición de un mundo no deseado, ejerce de terapia. Dos, tres, cuatro niños no deciden. Simplemente se expresan. Patean un balón perdido en un ejercicio que, sin saberlo, es disruptivo de la cotidianidad. El peor desastre natural ha destrozado sus pueblos y su futuro inmediato. Ellos se apropian del espacio público y lanzan un mensaje: Hay esperanza. Aquellos niños de Aldaia se expresan (juegan) en prosa pero para el mundo es poesía. Versos tras la catástrofe, arte necesario tras las lágrimas, belleza en la inmundicia. Puede parecer banal el fútbol ante una calamidad pero es una excusa bienintencionada. Este libro quiere ser esperanza, una mano tendida, un mensaje de compañía. El balón al rescate en este proyecto impulsado y dirigido por  Carles Senso y Julio Tárrega para ayudar a los afectados por la Dana.