Estas Visiones y visitas fueron en su origen artículos literarios escritos como lírica de lo cotidiano, como hipertrofia y magnificencia de la nimiedad, como breves alardes de facultades, como joyeles, como joyas, como fragmentos de obra en marcha. No son artículos de opinión «rescatados » de la fugacidad periodística para conservarlos en un libro, sino piezas literarias en periódico, textos perdurables a los que se dio una primera difusión a través de la prensa, visitas a las plazuelas en que se rebelan las masas y a los tabucos en que duerme la razón, visiones de los monstruos, de los espectros, de las marimantas, de las estantiguas y de los espantajos que por allí pululan. Visiones de y visitas a unas cuantas de las muchas concreciones que presenta lo de Ortega en este siglo. Visiones y visitas que salieron en los periódicos como un libro fragmentario por entregas; un libro fragmentario que tiene, sin embargo, tanta unidad como la vida misma.