Lo que el lector hallará en estas páginas es una recopilación de los artículos de opinión aparecidos bajo el encabezamiento de “La guerra por mi cuenta”, primero en las páginas de la edición valenciana del ABC, y más tarde en las de Las Provincias, recogidos aquí a fin de brindarle mi particular visión de esta fascinante década que va de 2007 a 2017.
Una visión –las cartas boca arriba– que descansa sobre tres convicciones hondamente arraigadas.
En primer lugar mi plena identificación con esa realidad multisecular y ese “sugestivo proyecto de vida en común” al que a llamamos España. En segundo lugar, mi profesión de fe en el Derecho como un marco de convivencia y un espacio para el diálogo, fuera del cual la vida está llamada a ser “solitaria, pobre, desagradable, brutal y corta”. Y en tercer lugar mi apuesta por una sociedad formada e informada, crítica y participativa, protagonista y no mera espectadora de su día a día, dueña de su futuro y no simple súbdita de su clase política.
Carlos Flores Juberías nos ofrece en este libro una cuidada y variada selección de diez años de colaboraciones en prensa, concretamente en la edición valenciana de ABC y en el diario Las Provincias. Y ya desde su propio título, “La guerra por mi cuenta”, nos advierte que él no es un pacífico combatiente, sino un guerrero singular que dispara palabras; porque las palabras, cuando van acompañadas de la lógica y del sentido común son los proyectiles de la razón.
De todo eso, y de mucho más, incluida la crónica del acontecer político y social de su comunidad autónoma, la valenciana, nos hablan, con un lenguaje preciso y sin concesiones a lo políticamente correcto, los artículos de Carlos Flores Juberías, todos ellos impregnados de sensatez y sapiencia jurídica, de firme convicción, pero sin dogmatismo, y con ese exacto punto de vista y con ese equilibrio formal de espacio y tiempo que requiere la técnica del artículo. Con este libro recopilatorio, los lectores, en el silencio y la quietud, tendremos la oportunidad de saborear sus artículos, de meditarlos despacio, detenidamente, sin las prisas que impone la lectura diaria de los periódicos.
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