La condesa binaria (Ada Lovelace) de Marisa Alemany
Ada Byron Lovelace no consiguió ser reconocida en vida, como muchas mujeres con talento de nuestro pasado.
Nació en el año 1815 cuando las mujeres, aunque tuvieran una buena posición económica, no podían acceder a los ansiados estudios superiores que tanto anheló. Sin embargo, el siglo XXI ha sabido reconocer su aporte a la informática tal y como la conocemos hoy en día. A través de sus notas sobre el diseño de la máquina analítica de Charles Babbage donde hizo el diseño del primer algoritmo informático sobre la serie de Bernoulli y donde expuso la posibilidad de que los datos no solo fueran números sino notaciones algebraicas para cualquier tipo de información: números —máxima expectativa de la época—, notas musicales, imágenes y patrones de cualquier tipo. Incluso realizar tareas rutinarias como sabemos hoy en día, siendo una profetisa de la IA. Conclusiones obvias para una mente creativa a la par que científica como la suya. Un cerebro único mezcla de dos linajes bien distintos, el de su padre, el poco devoto poeta Lord Byron y el de su madre, una mujer proveniente de una familia campesina adinerada con amor por las matemáticas. Es importante comprender los orígenes de la niña y sus aventuras como adolescente Ada para comprender cómo mujer adulta pudo imaginar la informática mucho más allá de lo que ningún científico de su época se atrevió.
Es por ello que el título “La condesa binaria (Ada Lovelace)”, la única obra literaria hasta la fecha que novela su vida ofreciendo una visión distinta de quién fue Ada como científica y como mujer. El texto narra su vida como persona desde su infancia hasta su trágica muerte. Una trama que aúna con intriga la vida, retos y logros de tan reseñable personaje femenino de la historia como referente científico pero también por su vida personal plagada de historias que merecen ser contadas.
Es importante señalar que su madre quemó todas sus cartas personales en vida para que solo pasara a la posterioridad su faceta técnica. Ya que, antes de su prematura muerte, disfrutó de las aventuras de una mujer adulta con una visión byrónica de las relaciones. Una visión alejada de la siempre aniñada y masculinizada interpretación que los autores han realizado hasta la fecha del personaje. Esta es la primera novela histórica de Ada Lovelace que ahonda en sus relaciones personales dentro de la aristocracia victoriana.
Sin embargo, Ada Lovelace, amante de la música y de la palabra escrita también relató en sus diarios diseños de máquinas voladoras a temprana edad y diseños de redes neuronales nerviosas. Aspectos que no han trascendido tanto. Sin duda esta magnífica mujer que vivió con intensidad la época victoriana con todas las posibilidades que su posición aristocrática le tenía guardada, aunque tuvo mala fortuna con unos huesos y físico frágil. Ada Lovelace no solo luchó contra la imposibilidad de desarrollar su trabajo, sino también fue víctima de multitud de enfermedades que la retiraron a sus habitaciones cargada de dolores atroces y soledad. Sin embargo, el lector descubrirá que cuando tenía salud, también sabía divertirse, enamorarse y vivir su tiempo con plenitud.
La sinopsis de “La condesa binaria” atrapa así:
La condesa Ada Lovelace fue la única hija legítima del famoso y errático poeta Lord Byron. Vivió desde su infancia encerrada entre libros de Álgebra y Francés debido a la estricta educación impuesta por su madre, una mujer de la alta aristocracia victoriana dolida por las fechorías de su marido. La madre intentó evitar con todos sus medios el espíritu indomable de los Byron en su hija. Y no lo consiguió.
Cuando Ada Byron cumplió doce años, su padre se le apareció como un espectro, dispuesto a cuidar de ella como no supo hacerlo cuando debía. Su fantasma la acompañará a lo largo de su azarosa vida en secreto. Año tras año, la bella Ada conjugará su pasión por la ciencia como matemática con un corazón enamoradizo de los hombres que menos le convenían.
La novela transita por las distintas etapas de la vida de esta mujer extraordinaria, que siempre vivió entre la exactitud de los números y el romanticismo más victoriano, sabiendo interpretar la revolución de su época con una mente clarividente que sólo el siglo XXI ha sabido reconocer.
La autora, Marisa Alemany, ha sido gerente de consultoría informática durante casi veinte años, actualmente Marisa Alemany compagina su trabajo de profesora con su pasión por la escritura.
Hasta la actualidad ha publicado una novela llamada “Diosa de Tierra y metal” con Ediciones El Transbordador y diversos relatos de literatura contemporánea, histórica, ciencia ficción y fantasía.
Marisa escribe hibridando géneros.
Destaca su colaboración activa con la editorial solidaria Vinatea desde su fundación. Así mismo ha coordinado la edición y promoción de diversas antologías como “Mujeres en Construcción (perdonen las molestias)”. La autora ha realizado multitud de conferencias y presentaciones de personajes femeninos de la historia, entre ellos: Concepción Arenal, Ada Lovelace y otros tantos que aparecen en la obra “30 mujeres fascinantes en la historia de Valencia”.